El paseo rápido o ligero es una de las actividades más beneficiosas y, a la postre, de las más practicadas por la mayor parte de la población.
Es importante tener en cuenta los siguientes aspectos:
- El trayecto debe ser llano, si bien aquellas personas que tengan una mejor forma física pueden realizarlo en terrenos más ondulados.
- Si hay que subir cuestas y tiene dificultades, hágalo en zigzag, de un borde al otro del camino, para que la inclinación sea menor.
- Practicar ejercicio siempre con vestuario holgado o deportivo.
- Hay que llevar siempre zapatillas o calzado cómodo y calcetines.
- De vez en cuando, y sobre todo al principio y al final del trayecto, tome sus pulsaciones por minuto para saber la intensidad a la que trabaja y si es la adecuada (entre 110 y 145).
- Practíquelo intercalando un día sí y otro no. Si se siente con fuerzas, puede realizarlo todos los días.
- Cuando se recorre por primera vez una distancia y nos cansamos poco, podemos pasar al recorrido siguiente (esto es particularmente interesante para las más jóvenes).
- Anote en una tabla la frecuencia cardíaca que ha contabilizado al final del recorrido.
- Si no puede calcular las distancias, guíese por el tiempo dedicado cada semana, procurando recorrer cada día un poco más que la distancia anterior. Debemos seguir siempre los tiempos orientativos de la tabla.
- Cuando movemos el organismo, además de mejorar los músculos, el corazón y las articulaciones, también quemamos calorías. Por ejemplo, un jugador de golf que practica durante tres horas puede llegar a quemar 900 kilocalorías. En menos tiempo, una persona media que corre durante treinta minutos gasta cerca de 400 kilocalorías.
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