La temida “Piel de Naranja”



La celulitis es una manifestación del sistema linfático que trabaja de manera lenta o está sobrecargado. En las mujeres suele acumularse en la parte trasera de los muslos (una zona poca ejercitada), el estómago, los senos y los antebrazos. En el hombre es menos frecuente y se localiza especialmente en el abdomen, el pecho y la espalda.



Las piernas masculinas, en todo caso, son en apariencia más resistentes a presentar celulitis, mal que surge desde la pubertad y avanza con el tiempo. Esta diferencia entre los sexos se debe a que, por el modo de almacenar grasa, la forma estructural del cuerpo de unos y otras es distinta. Los especialistas consideran que las causas principales de la aparición de este mal son la herencia, el estrés, la mala alimentación, el consumo de ciertas toxinas (como cafeína, alcohol y nicotina), el mal funcionamiento del sistema linfático, entre otros.



Recomendaciones para reducir y controlar la Piel de Naranja
  • Mantenerse delgados y en forma.

  • Seguir un adecuado plan nutricional, además de eliminar el café, las grasas y el exceso de sal.

  • Realizar el ejercicio por lo menos tres veces por semana de 45 minutos a 1 hora. La asistencia profesional también es una buena idea porque armoniza los movimientos con la estructura física y la edad de cada persona.

  • El consumo de agua también es importante, pues contribuye a desintoxicar e hidratar el organismo.

  • Las cremas son grandes aliadas siempre que no se esperen milagros. Al utilizarlas las constancia es la palabra clave.

  • El cepillado de la piel con guante de crin o de fibras vegetales ayuda a suavizarle y a disminuir la celulitis.

  • Los masajes, especialmente de drenaje linfático, son muy buenos. También son útiles los baños saunas, los envoltorios con algas y sales minerales, las cuales estimulan la circulación y la eliminación de grasas. Es importante que quienes se hagan estos tratamientos sean personas sanas.

No existe una “fórmula mágica” que elimine la celulitis del cuerpo, a pesar de los anuncios sobre la efectividad de ciertos productos y tratamientos. Y la verdad es que muchos de éstos ayudan a disimularla porque hidratan, tonifican y fortalecen la piel; mientras que las cremas distribuyen de manera más uniforme la grasa acumulada, pero nunca llegan a eliminarla. Hasta el momento lo que ha resultado más positivo es la prevención con una dieta balanceada, ejercicio coordinado y una reducción del estrés.

Recetas naturales

Aceite anti-celulitis

Busque en tiendas especializadas en productos alimenticios un tanto sofisticados el famoso aceite de semilla de uva, que tiene grandes cualidades y funciona muy bien sobre la piel. Mézclelo con los demás ingredientes y obtendrá una fórmula efectiva para trabajar los depósitos de grasa que dan esa apariencia de “piel de naranja”.


Ingredientes

½ taza de aceite de semilla de uva

1 cucharada de aceite de germen de trigo

8 a 10 gotas de aceite esencial de enebro

5 gotas de aceite esencial de limón

5 gotas de aceite esencial de geranio

Preparación y aplicación

  • Vierta los aceites en un recipiente con cierre hermético, tape y agite con fuerza para que se mezclen muy bien. Conserve en un lugar fresco y lejos de la luz.

  • La mejor forma de aprovechar esta fórmula es después del baño, cuando la piel está limpia y dispuesta a ser nutrida. Realice diariamente un masaje firme y en forma circular en las áreas que desea tratar.

Tratamiento de sal y agua

Una opción sencilla y económica con la que puede trabajar diariamente las áreas con celulitis y estimular la circulación. Una recomendación: no utilice este tratamiento sobre la piel delicada, inflamada o en mal estado.

Ingredientes

1 taza de sal marina gruesa

Abundante agua

Aplicación

  • Mójese en la ducha las áreas que va a trabajar.

  • Tome un poco de sal y frótela vigorosamente sobre la piel. Ayúdese de los nudillos para realizar este masaje de forma ascendente. Puede ser un poco doloroso porque los movimientos deben hacerse con firmeza.

  • El tiempo del masaje debe ser entre 2 y 4 minutos. Enjuague primero con agua un poco caliente y luego con un chorro de agua fría.

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