Llegó la hora de consentirnos con las mascarillas más famosas

Las mascarillas son apreciadas de estimular la regeneración y circulación de la piel en el área donde son aplicados. Además es la excusa perfecta para destinar unos minutos para consentirnos y mimarnos. 

 Existen diferentes tipos que se clasifican según sus efectos: mascarillas limpiadoras, hidratantes, nutritivas, exfoliantes, relajantes, entre otras. Muchas de ellas tienen doble función (por los ingredientes utilizados) y son muy buena opción que ahorra tiempo y energía. Una mascarilla puede hidratar y nutrir al mismo tiempo o nutrir y relajar. Muchas son las posibilidades y siempre hay una que se ajusta a nuestras comodidades. 

Tipos de mascarillas

Mascarilla limpiadora 

Una opción para aquellos que encuentra su piel opaca, sin brillo, saturada por la grasa, impurezas, puntos negros o espinillas y restos de maquillaje. Esta descripción se aplica con frecuencia a cutis grasoso o mixto. Las pieles normales también pueden incluirse como candidatas para utilizar las mascarillas limpiadoras, pues a veces atraviesan por períodos de pérdida de brillo y luminosidad. Las plantas con propiedades astringentes son las más apropiadas para la elaboración de este tipo de mascarillas limpiadoras, pues a veces atraviesan por períodos de pérdida de brillo y luminosidad. Las plantas con propiedades astringentes son las más apropiadas para la elaboración de este tipo de mascarillas, así como la arcilla o el barro cosmético de origen natural. 

Mascarilla Hidratante 

 Convenientes para todo tipo de piel las mascarillas que hidratan buscan devolver la elasticidad natural que poco a poco se va perdiendo, entre otros factores, por la deshidratación. Su uso frecuente ayuda a atenuar los efectos del paso del tiempo y en ese sentido ayudan a retardar la aparición de arrugas. El resultado de la aplicación de ese tratamiento es una piel más elástica e hidratada. Productos naturales como la miel y el pepino son magníficos para su elaboración.

  Mascarilla nutritiva 

Los ingredientes que se utilizan en la elaboración de este tipo de mascarilla deben aportar elementos que equilibren la pérdida de los aceites naturales de la piel, como las sustancias ricas en aminoácidos y vitaminas. Por lo general se trata de pieles muy secas, desnutridas, con una apariencia apagada y opaca. Algunos estudios también recomiendan las mascarillas que nutren después de un período de convalecencia o durante el posparto. 

  Mascarilla exfoliante

Limpia profundamente de residuos y células muertas. Trabaja sobre el cutis estimulando la regeneración de la piel y la prepara para recibir otros productos como las cremas de humectación. Hay diversas clases y su uso dependerá en exclusiva del tipo de piel. 

  Mascarilla reafirmante 

 Se destaca por su efecto alisador que hace lucir la piel más relajada y juvenil. Está recomendada para pieles maduras, cansadas o con una apariencia envejecida, quizás por el exceso de trabajo o por una mala noche de sueño. En ese sentido sus efectos son maravillosos, pues hidrata de manera profunda y devuelve un aspecto lozano y fresco al rostro. Le recomendamos utilizar este tipo de cosmético si tienes más de 35 de años y evítelo si tu tipo de piel es aún muy joven.