Terapia alternativa: la meditación y su eficacia


Las terapias alternativas tienen una presencia cada vez más sólida en nuestra salud y nuestra mente. Muchos estudios avalan su eficacia en el alivio de problemas más comunes, siempre y cuando acudamos a profesionales para realizarlas.


En esta oportunidad queremos a compartir contigo una de ellas, la meditación, la cual como terapia consiste en un alejamiento o evasión mental del entorno para conectarnos con la realidad interior, mediante la concentración. Su objetivo es lograr calmar la mente y tomar contacto directo con las emociones.

Una manera sencilla de acceder a ese estado es relajarse y sentarse, sin programar ningún tipo de actividad. La parte fundamental consiste en una buena respiración. Esta debe ser lenta, profunda y rítmica. Su control permite una mayor oxigenación y favorece la concentración, ten presente que los grandes sabios de la humanidad se han caracterizado por pasar largas horas meditando.

La meditación resulta muy eficaz para:

  • Reducir la ansiedad. Quienes practican la meditación tienen más actividad eléctrica en el área izquierda y frontal del cerebro, lo que se traduce en mayor número de emociones positivas y menos ansiedad

  • Fortalecer las defensas. Está demostrado que también puede llegar a producir anticuerpos, reforzando la capacidad del cuerpo para enfrentarse a virus y bacterias.

  • Retrasar el envejecimiento. La meditación empleada como método de relajación te mantiene joven y reduce las tasas de mortalidad. A esta conclusión han llegado especialistas de medicina natural después de estudios y evaluaciones realizadas a pacientes en un programa de meditación.

  • Prevenir cardiopatías. La meditación puede jugar un papel muy importante en la hipertensión y la razón es la siguiente: el estrés se reduce al quemar adrenalina, que es un componente químico, que a su vez, puede incrementar la presión sanguínea, lo que supone un factor de riesgo de cardiopatías. De acuerdo a estudios realizados se ha comprobado que la respiración profunda ayuda a que la presión sistólica vuelva a la normalidad transcurridos unos tres minutos aproximadamente.

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