Nutrición y estética

Nutrición y estética está estrechamente relacionadas, a veces creemos que por comprar una crema antiarrugas muy costosa o una crema reductora vamos a solucionar nuestros problemas de arrugas o de exceso de peso.



Pero el problema va mucho más allá. Ya en la antigüedad se dijo “somos lo que comemos”, si nos alimentamos inadecuadamente, se notará de inmediato en el brillo del cabello en la dureza de las uñas, en la lozanía de una piel tersa.
Para comprobar esto solo basta mirar a las personas que hacen “dietas” para bajar de peso, bajan 5, 10, o más kilos por mes, se las ve con un rostro completamente demacrado, y no solo el rostro, es todo el cuerpo.


Cuello, piernas, brazos, abdomen y glúteos flácidos, piel deslustrada, con palidez, idéntica a la de un enfermo terminal y con caída de cabello incluida. Y mientras tanto, ¿Qué nos brinda el mercado?
Mucha publicidad nos ofrece bajar un número X de kilos por mes o que comamos lo que deseemos tomando determinado medicamento o alimentos inhibidores del hambre, en lo que es un simple muestra de la relación entre nutrición y estética.

Lo cierto es que nunca nos enseñaron a comer de manera adecuada, de tal modo que abandonamos el tratamiento y de inmediato comenzamos a ganar peso nuevamente, con la consecuente aparición de estrías, celulitis, arrugas, flacidez, caída de cabello, etc.

Eso es lo que nos lleva a desajustes nutricionales y en un futuro no muy lejano sentiremos las consecuencias de haber descompensado a nuestro organismo. Por suerte, podemos optar por alimentarnos correctamente.

Alimentarse bien, de forma que podamos sacar todo el partido a nutrición y estética, es cuestión de dedicación, de un poco de lectura acerca de las propiedades de cada grupo alimenticio, o de consultar un buen profesional de la nutrición que nos oriente y nos ayude a organizar la alimentación diaria.

No se trata de hacer platos a la carta, sino de establecer la cantidad de alimento en cada miembro de la familia de acuerdo a la necesitad particular de cada uno. Comer bien jamás será sinónimo de comidas desagradables ni tampoco de comer alimentos importados y costosos o de comer todo light.

Con el acceso que tenemos a internet, ya es posible disponer de deliciosas y saludables recetas para los mas exigentes paladares. Es cuestión de organizarse, hacer la prueba, buscar recetas y elaborar un menú semanal.

Lo que conocemos como “dietas” que generalmente se nos ocurre hacerlas “para mejorar” la figura, sumado a los malos hábitos alimenticios, conllevan a transtornos de la conducta
alimentaria, que en nuestro medio son cada vez mas frecuentes tanto en hombres como en mujeres principalmente en adolescentes.

La falta de una cultura de nutrición y estética hace que muchos adolescentes se puedan llegar a ver con un peso que indica desnutrición, y cuando los profesionales analizan la causa, en un 90 por ciento de los casos, los transtornos alimenticios están relacionados con padre, madre o hermanos mayores, “haciendo dietas” todo el tiempo.

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