Ahora que parece que el sol ya ha venido para quedarse es el momento ideal para saber de qué manera puedes conseguir el mejor bronceado en tu rostro.
Algo que a priori parece muy sencillo pero que no siempre logramos con demasiado éxito. En la actualidad hay multitud de productos que te ayudarán a alcanzar ese objetivo, así como también deberás seguir unos hábitos que lo propicien.
En primer lugar, recuerda que siempre debes partir de 0 a la hora de tomar el sol. Esto significa que debes exfoliar el cutis en profundidad de modo que elimines zonas donde ya has cogido algo de tono. Este hecho impedirá que luego tu bronceado aparezca a manchas. Otra manera de evitar esas manchas o sombras es que te acostumbres a utilizar todos los días un protector solar cuya protección sea, como mínimo, de 20. Haz esto aunque no vayas a la playa, ya que por la calle también te pones morena y luego aparecen marcas de gafas, flequillo, etc.
El protector que debes usar tiene que ser específico para rostro. Este dato es muy importante, ya que a veces usamos el corporal y nuestro cutis reacciona con granitos por el exceso de grasa que estos últimos contienen. Además, los protectores faciales actuales incorporan ingredientes antiedad que le dan a tu rostro un aspecto más firme y tenso. Ya en la playa o piscina, usa protección especialmente en el contorno de los ojos, los labios y las orejas. Estas zonas son las más sensibles y se queman con facilidad.
No expongas el rostro al sol el mismo tiempo que el resto del cuerpo. Date cuenta de que la cara recibe radiaciones durante todo el año, por lo que enseguida sube el tono y la diferencia es tan notoria como antiestética. Cúbrete con pañuelos, gorras o sombreros, así de paso también cuidarás el pelo. No olvides que el protector hay que volver a aplicarlo cada hora o después de cada baño y, por supuesto, evita las horas centrales del día. Se trata de conseguir un tono dorado y luminoso, no de achicharrar la piel bajo el sol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario