Lo valioso de la relajación


El complemento perfecto del ejercicio es la relajación, tomarse unos minutos para recuperarse y dar un poco de sosiego al cuerpo y la mente ayuda a reforzar la vitalidad y promueve un estado de ánimo que puede ser disfrutado durante todo el día, de igual forma, relajarse unos minutos y hacer cortas pausas a lo largo de la jornada permite tomar aire para continuar con energías renovadas las diferentes obligaciones y actividades; contribuye a aclarar y tener buenas ideas.




Algunos definen la relajación como un estado en el que los músculos del cuerpo están en reposo, sin embargo, es mucho más porque se trata de lograr una conciencia voluntaria y libre, cuyo objetivo es percibir niveles más altos para alcanzar sosiego, paz, calma, felicidad y alegría, su práctica diaria brinda grandes beneficios, algunos de ellos son:

Disminuye la ansiedad, mejora la salud y resistencia a las enfermedades.

Aumenta el nivel de conciencia de nosotros mismos.

Desarrolla el nivel de reposo y descanso más profundo.

Incrementa la capacidad de enfrentar situaciones estresantes y la velocidad de los reflejos.-Estabiliza las funciones cardíaca y respiratoria.

Mejora la oxigenación que contribuye a aumentar la energía y vitalidad.

Intensifica los pensamientos positivos, disminuye y ayuda a manejar los negativos.

Promueve la capacidad creativa y de reflexión.

Permite tener mayor control de hábitos perjudiciales como el exceso de comida, el alcohol o el tabaco.

Aumenta la capacidad natural del organismo de curarse a sí mismo.

La relajación se utiliza especialmente para los trastornos de tipo psicosomático y las alteraciones en las que los sentimientos de ansiedad o angustia provocan desequilibrios en las funciones corporales. Debería estar recomendado para un amplio grupo de la población humana que se enfrenta a las exigencias y retos de la vida moderna y por tanto surge circunstancias estresantes como tensión laboral y familiar, relaciones conflictivas, angustia frente a nuevas situaciones, exámenes, entrevistas laborales, falta de dinero, entre otros.



El objetivo fundamental de los métodos de relajación es lograr de manera consciente estados de baja activación del sistema nervioso autónomo, se obtiene como consecuencia del esfuerzo por conseguir ciertas actitudes y actividades cognitivas, de comprensión de sí mismo y del mundo que nos rodea, sus efectos un mayor autocontrol de las conductas, tanto emocionales como intelectuales y del comportamiento.

Idealmente, los ejercicios de relajación deben hacerse en un lugar con poco ruido y luz tenue, acostados boca arriba sobre una cama o colchoneta, sin embargo, también es posible sosegar el cuerpo y liberarlo de tensiones mientras estamos sentados y en condiciones de ruido y luz normal o variable.

Muchas de las disciplinas que se utilizan para ejercitar el cuerpo dedican unos minutos a la relajación.

A continuación se explican métodos muy sencillos que se puede practicar en solitario.



  • Método con representaciones numéricas

Una opción que ayuda a superar situaciones estresantes que se pueden presentar a lo largo del día o durante una época del año, disminuye la ansiedad porque distrae la mente de las preocupaciones, es un método apreciado por los estudiantes que se enfrentan a exámenes académicos, por personas que están ante una entrevista de trabajo, que deben hablar en público, entre otros.

Imagine una gran pizarra o tablero en su mente.

Dibuje en ella el 10000.

Reste dos unidades a esta cifra y escriba en ese tablero imaginario el resultado, es decir, 9998.

Repita este paso y represente el número siguiente.

Continúe haciéndolo de 10 a 15 minutos.

Los pensamientos negativos desaparecen, el ritmo del corazón disminuye y su cuerpo está más relajado.

Técnica del doctor Herbert Benson



Este médico propone unas instrucciones muy sencillas y fáciles de seguir para lograr una completa relajación.

 Acuéstese o siéntese en una posición cómoda.

Cierre los ojos.

Relaje todos sus músculos dejándolos apoyados sobre la superficie que ha elegido para relajarse, como si tuviera la sensación de que esa parte pesa más de la cuenta.

Comience por los pies, piense que pesan muchísimo, que se apoyan inertes sobre el piso o la cama (el lugar escogido), continúe avanzando por su cuerpo con esa sensación de pesadez: las pantorrillas, las piernas, las nalgas, el abdomen, los brazos, sienta cómo su columna se apoya relajadamente sobre la superficie, extienda esa percepción a los músculos de la cara.

Respire por la nariz con naturalidad, haga consciente su respiración; cuando inhale diga mentalmente uno, luego dos y así sucesivamente.

Mantenga esta posición y continúe la relajación de 10 a 20 minutos, puede abrir los ojos para comprobar el tiempo, pero debe evitar los despertadores u otro sistema de alarma.

Permanezca sentado unos minutos más, primero con los ojos cerrados y después abiertos.

Esta actitud pasiva hará que la relajación se acomode a su propio ritmo, en caso de aparecer pensamientos perturbadores, conviene ignorarlos y volver a decir uno. Se recomienda utilizar este método una o dos veces al día y nunca luego de las comidas (más bien pasadas dos horas), porque el proceso digestivo puede impedir una respuesta relajante.


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