Tomar una buena ducha trae muchos beneficios


 Las duchas poseen la gran cantidad de que trabajan especialmente en el alivio de los músculos; además, si se gradúan, pueden ser utilizadas para hacer unos relajantes masajes. La ducha en las mañanas es una de las rutinas de aseo más comunes en todo el mundo, porque tiene un efecto refrescante, despierta los músculos adormecidos, estimula la circulación, refuerza los tejidos y libera la piel de impurezas.

El jabón es uno de los elementos claves para lograr que el baño sea, además de una experiencia gratificante, un momento en el cual se apoye la naturaleza de la piel. Los jabones comerciales tienden a ser rudos y atentan contra el balance ácido ph que trae como consecuencia tirantez y resequedad. En muchas tiendas naturistas hay una gran oferta de jabones orgánicos elaborados con grasas y aceites endurecidos y con fragancias vegetales. También es posible fabricarlos en casa.

Además del agua y el jabón, los cepillos de fibras naturales son de gran utilidad porque ayudan a incrementar la circulación de la sangre, exfoliar la piel y modelar la silueta. Cepillar el cuerpo es una de las formas de como la mujer combaten la temida celulitis y los hombres contra los depósitos de grasa indeseados. Los cepillos de mango largo son excelentes para la espalda; conviene emplearlos en forma ascendente y sin demasiada presión. En canto al resto del cuerpo, lo ideal es cepillar de los pies hacia arriba con movimientos circulares.

La temperatura del agua también puede aprovecharse a nuestro favor:
·         Empiece con agua caliente para estimular la circulación, relajar los músculos y abrir los poros.
·         Durante 30 y 40 segundos utilice agua fría para tonificar los músculos, hacer recircular la sangre y cerrar los poros.
·         Vuelve al agua caliente y de nuevo al agua fría. El resultado será una sensación de vigor.

Después de tomar un baño además de las cremas y aceites humectantes puedes realizar esta receta muy refrescante:

Loción aromática
Ingredientes
½ taza de agua de rosas
2 cucharadas de jugo de limón bien exprimido
1 cucharada de glicerina
Preparación
ü  Vierta todos los ingredientes en un frasco de vidrio con tapa y agite muy bien para que se mezclen.
ü  Rotule la preparación y consérvela refrigerada.
ü  Utilice la loción después del baño. Mientras la esparce por el cuerpo haga un ligero masaje. 









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