El agua para evitar una piel reseca



El agua para evitar una piel reseca: Diariamente nuestro cuerpo realiza un sinnúmero de procesos en los que se pierde agua, por lo que la piel tiende a resecarse, además disminuye la humedad de nuestro organismo, necesaria para funcionar bien.

En condiciones normales y con un adecuado funcionamiento del riñón, una persona pierde alrededor de litro y medio de agua al día, distribuidos entre el agua como orina ( medio litro ), durante la respiración como vapor de agua( 600 mililitros), en el sudor( 200 mililitros ) y desde luego dependiendo de las condiciones climáticas y actividad física que se realice y por la materia fecal (150 mililitros). Por lo tanto es necesario que le ayudemos a nuestro cuerpo a mantener el equilibrio, compensando esta pérdida tomando no menos de litro y medio de agua diariamente y mucho mejor si bebemos los dos litros.

El agua

Para ello se recomienda beber el agua de la siguiente manera:

♦ Beba antes de tener sed. Si tiene sed quiere decir que ya está usted deshidratada.
♦ Su objetivo debe ser beber ocho vasos de agua mineral sin gas al día, o más si hace ejercicio y otro vaso por cada taza de café, té y alcohol.
♦ Si dos litros al día le parecen demasiado, encuentre la cantidad correcta de agua para su cuerpo que es usted capaz de manejar, bebiendo un vaso de agua por cada 8 kilos de peso corporal.
♦ Compruebe si está bebiendo la cantidad correcta de agua examinando el color de su orina. Cuanto más oscuro sea el color, más deshidratada está usted.
♦ No se enfade y beba demasiada agua. Puede ser contraproducente y no diluir los minerales, incluyendo el sodio, que su cuerpo necesita.

También debes tener cuatro momentos del día para tomar el agua:

Al levantarse: antes del desayuno, el beber el agua ayuda a revertir la posible sequedad de la boca y barre con las bacterias que pueden acumularse allí. Además, el sólo hecho de ingerir agua inicia las actividades de nuestro metabolismo y nos pone en acción.



Antes de las comidas: beber agua previo a las comidas puede ayudarnos a perder peso, pues calma la ansiedad y distiende nuestro estómago favoreciendo el control de lo que comemos después.

Antes de entrenar: nos ayuda a rendir más y mejor durante el ejercicio y al mismo tiempo favorece la quema de grasa al asegurar una buena hidratación en el organismo.

Después de entrenar: ayuda a reponer las pérdidas de líquidos por sudor y favorece la circulación sanguínea lo cual promueve la recuperación tras el esfuerzo.


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