Licopeno es el nombre con el que se conoce al pigmento que presta su atractivo color rojo al tomate, la sandia, otras frutas y hortalizas. Dicho nombre proviene del latín “Solanum lycopersicum L”, nombre dado al tomate en 1903. El estudio sistemático del licopeno, se inició en realidad en el año 2002.
Este pigmento del que hablamos hoy en nuestro espacio de salud, no se puede considerar un nutriente, es un pigmento vegetal soluble en grasa que las plantas desarrollan para poder protegerse de los efectos tanto de la luz como de la oxidación del aire.
Esta sustancia es la responsable de dar el color rojo o anaranjado característico a ciertas frutas y verduras. Esta sustancia pertenece al grupo de los beta-carotenos, pero no se transforma en vitamina A, razón por lo que se llegó a pensar que no tenía importancia fisiológica.
No obstante, diversos estudios han demostrado que el licopeno es altamente beneficioso para la salud humana. Es una sustancia que no puede ser sintetizada por nuestro organismo, lo que hace que solo la podamos obtener a través de la dieta o mediante suplementos dietéticos.
Entre otros aspectos conviene resaltar que esta sustancia se usa como colorante alimenticio, al igual que ocurre con otras sustancias usadas en alimentación, la Unión Europea establece para ésta un código de carácter alimentario, en este caso se trata del E-.160d.
En cuanto a lo que es científicamente, se trata de un carotenoide de estructura sencilla con una cadena alifática formada por cuarenta átomos de carbono. Es altamente lipofilico, tiene tendencia a unirse con la grasa, no tiene anillos cíclicos y posee numerosos dobles enlaces conjugados.
El licopeno se obtiene por síntesis química, aunque dicho proceso aún no está totalmente establecido y, a diferencia de otros carotenoides como el a-caroteno producido a gran escala por síntesis, el licopeno se obtiene fundamentalmente a partir de fuentes naturales, hongos y muy especialmente tomates.
Sin embargo los sistemas de extracción son costosos y el esta sustancia presenta una baja estabilidad, lo que ha limitado su utilización como colorante alimentario. A continuación veremos en que lugar de nuestro organismo podemos encontrar esta sustancia.
Hablamos de una sustancia que en el organismo está presente en la sangre en cantidad de 30 mg/d y tejidos, donde se distribuye de forma variable. Se puede considerar como el carotenoide predominante en la composición de los tejidos humanos, concentrándose muy especialmente en la próstata.
Esta concentración de licopeno en la próstata podría llegar a explicar la fuerte acción preventiva en la aparición del cáncer de próstata. Esta sustancia se obtiene a partir de alimentos muy definidos de nuestra dieta, entre los que incluimos tomate y derivados, sandía, papaya, albaricoque, zanahoria, pomelo rosa, frutos rojos y guayaba.
Los suplementos de licopenos no han demostrado mayores beneficios que el consumo de productos frescos, tampoco se encuentran comprobados los riesgos. Por esta razón, lo más recomendable es el consumo de licopenos a partir de alimentos y no de suplementos.
No obstante, se puede conseguir el licopeno en forma de suplemento, las dosis habituales se establecen entre los 5 a 15 miligramos diarios en forma de tabletas. Los suplementos de licopeno están desaconsejados en embarazadas o lactantes, y es necesario que cualquier persona que quiera tomarlos consulte previamente a su médico.
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