Si necesitas una exfoliación rápida y te has quedado sin el cosmético específico puedes probar a fabricártelo tu misma con los productos que tienes en la cocina. Aquí tienes tres recetas diferentes que podrás preparar según lo que tengas en la despensa:
- Mezcla el zumo de medio limón con azúcar, aplícalo con un suave masaje y aclara con agua fría.
- Puedes hacer otro exfoliante casero y natural con una cucharada sopera de miel y dos almendras trituradas.
- Otro exfoliante estupendo es el bicarbonato. Humedece tu cara y tus manos, pon unos polvos de bicarbonato en la yema de los dedos y aplícalo en la cara con un suave masaje. Te quedará la piel como piel de un bebé. (No utilices este exfoliante más de dos veces por semana o resecaría tu piel en exceso).
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