¿Estás embarazada? Sigue estos consejos para tener una buena alimentación


El embarazo es, sin duda alguna, una etapa muy importante en la vida de una mujer, en la que debe cuidar especialmente su alimentación, ya que el feto toma los nutrientes necesarios para su formación y desarrollo de los alimentos que ingiere la mujer gestante.

Una dieta desequilibrada y con carencias de ciertas sustancias puede favorecer retrasos en el desarrollo del bebé, malformaciones y otros problemas. Además, la dieta de la embarazada no sólo es importante para el desarrollo del bebé, sino también para ella misma, ya que su organismo se ve sometido a grandes cambios y, sobre todo, al gran esfuerzo que significa gestar un nuevo ser.

Entre los nutrientes esenciales que debe contener la dieta de la mujer embarazada hay que citar los siguientes:


  • Vitaminas y minerales: la calidad de los huesos y dientes del niño y su salud general en la edad adulta dependen en buena parte de que la alimentación durante el embarazo contenga suficiente cantidad de minerales tales como calcio, fósforo, magnesio, hierro y flúor, y vitaminas A (que ayuda a la formación de los ojos), C (que contribuye a asimilar el hierro y prevenir las infecciones), D (indispensable para fijar el calcio en los huesos) y ácido fólico.

  • Proteínas: se encargan de “construir” el feto, y por tanto, tienen un papel esencial en su crecimiento. Se debe aumentar su consumo a medida que avanza el embarazo hasta llegar a unos 80 gr de proteínas diarios. Las mejores fuentes de proteína animal son la carne, los huevos, el pescado y, entre las vegetales, destacan los cereales integrales y las legumbres secas.

  • Hidratos de carbono: constituyen el combustible que más utiliza el cuerpo de la mujer embarazada. Precisa entre 300 y 400 gr diarios para obtener la glucosa que le dará la energía que necesita su cerebro y el de su bebé. Se calcula que en el último trimestre, el feto consume unos 30 gr de glucosa cada día. Sólo un 10% de los hidratos que necesita diariamente deben ser azucares simples (el equivalente a diez terrones de azúcar); el resto debe proceder de los almidones que contienen alimentos como el pan, las papas, la pasta o las verduras.

  • Grasas: además de su aporte calórico, las grasas participan en el funcionamiento de las membranas cerebrales del embrión, pero deberían limitarse en la dieta de la embarazada a 80 gr diarios. Se debe poner especial cuidado en la elección de las grasas que se consumen, ya que inciden mucho en el peso de la embarazada y en el del bebé, así como en la digestión. Para que el consumo de grasa esté equilibrado hay que tomar diariamente 30 gr de mantequilla, 3 cucharadas soperas rasas de aceite de oliva, de girasol, de maíz o de pepitas de uva y 30 gr de grasa animal: carne y embutidos.

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