Limpiar: La aplicación de cualquier producto de tratamiento exige una cuiadosa higiene cutánea previa. Tanto si se trata de aplicar una crema por la mañana, como por la noche, el cutis necesita una limpieza y tonificación acorde a cada tipo de piel. De esta forma, el cutis estará mucho más receptivo para absorber y aceptar el cosmético tratante, sin restos de sudor,maquillaje o grasa. La higiene se hace extensiva al cuello.
1.- Ten en cuenta tu edad: Utilizar una crema facial que corresponda a tu edad evitará que sufras alergias o daños cutáneos. Algunos productos tienen principios activos para cada etapa de la vida.
2.- Chequea tu estilo de vida: Si tienes actividades al aire libre debes elegir un producto ricos en vitamina C; si trabajas en oficina elige los que tengan retinoles, los cuales son efectivos para reducir las arrugas y las manchas.
3.- Tipo de piel: Algunas cremas faciales son creadas para diferentes tipos de piel (seca, mixta, grasa o sensible), es decir, tienen una función específica que ayudan a combatir los problemas de resequedad o acné.
4.- Época del año: Los efectos del clima tienen un gran impacto en la piel, por eso es importante adquirir una crema facial que cubra las necesidades de la temporada; por ejemplo, en invierno se necesita un producto que hidrate; mientras que en primavera se deben utilizar los descongestionantes.
5.- Momento del día: Existen cremas faciales de día y de noche. Cada una de ellas tiene un fin propio para proteger la piel. Es importante que los productos diurnos tengan un protector solar para prevenir los efectos dañinos de los rayos ultravioleta.
Fuente: http://www.salud180.com/
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