La
alimentación sana es uno de los aspectos más importantes para la salud, belleza
y bienestar. La calidad, el número de nutrientes que se ingieren diariamente se
manifiestan de muchas maneras en nuestro cuerpo: la cantidad de energía, el
equilibrio emocional, la concentración, la salud interna y externa, el placer
de degustar ciertos ingredientes.... un sinnúmero de elementos que confluyen en
un concepto: sentirse bien...
Los
alimentos que le damos al cuerpo llegan al sistema digestivo y se transforman
en sustancias valiosas que se trasladan, por medio del sistema circulatorio, a
los rincones más remotos del organismo.
Algunos
piensan que una buena alimentación es sinónimo de una dieta estricta cuando, en
realidad, las cosas pueden ser más sencillas. El conocimiento de sí mismo, de
las necesidades y condiciones personales y del modo de vida bien sea activa o
sedentaria nos dan algunas pistas para encontrar un estilo alimenticio propio
que nos satisfaga. Si llevamos una vida activa, en la que el ejercicio físico
es parte del trabajo, el consumo de ciertos alimentos debe ser mayor si tenemos
una vida relajada y más bien sedentaria.
Otro
aspecto importante en la alimentación es el conocimiento de los grupos de
alimentos, pues son los que permiten realizar las funciones básicas del
organismo.
Los carbohidratos
se encargan de brindar energía ya que si se preocupa por el ejercicio o
atraviesa un periodo de estrés son muy buenos aliados. Entre ellos están los
azucares y los almidones y abarcan gran cantidad de alimentos que van desde la
miel hasta la avena. Los no refinados son más convenientes a preferir como lo
son el pan y el arroz integral antes que los blancos procesado.
El
50% de los alimentos deben ser carbohidratos para componer una dieta sana.
Las proteínas
también llamadas ladrillos del cuerpo son otra fuente de energía y clave para
la construcción de nuevos tejidos y otras funciones importantes. Un correcto
consumo se verá observado en la piel, cabello, uñas, entre otros. Las proteínas
pueden ser de origen animal (carne de res, pescado, aves) o vegetal (lentejas,
frijoles, garbanzos).
Las grasas o lípidos
son fuentes de vitaminas y ácidos grasos esenciales. Intervienen en funciones
como el crecimiento, la producción de algunas hormonas y la regulación del
metabolismo en general. Las grasas son clasificadas como buenas y malas.
Las vitaminas son
sustancias orgánicas importantes para el crecimiento, la salud, el metabolismo
y el bienestar físico. Pueden clasificarse en dos familias: las liposolubles
que son solubles solo en grasa, y las hidrosolubles que son solubles en agua.
Los minerales son
básicos, proceden del suelo y llegan a nosotros principalmente a través de las
plantas, de manera que si un suelo degradado escasean estos nutrientes, las
plantas cultivadas en él tendrán bajo contenido de minerales. Estos nutrientes
están presentes en alimentos como los lácteos, las hortalizas y semillas secas.
La fibra
es un componente no asimilable por el organismo que se encuentra en los
alimentos de origen vegetal, sobre todo en los cereales de grano entero o
también llamados integrales, las frutas y verduras frescas. Un organismo con
suficientes aportes de fibra tiene menos probabilidad de sufrir una enfermedad
intestinal.
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